ALEXANDRA LEANCA



ÁRBOL DE CANCIÓN
Caña de voz y gesto.
Una vez y otra vez
tiembla sin esperanza
en el aire de ayer.
La niña suspirando
lo quería coger;
pero llegaba siempre
un minuto después.
¡Ay sol! ¡Ay luna, luna!
un minuto después.
Sesenta flores grises
enredaban sus pies.
Mira cómo se mece
una y otra vez,
virgen de flor y rama,
en el aire de ayer.